Curiosidades de la Segunda República (I)
Hago un pequeño alto en la reproducción de textos ilustrativos y poco conocidos de la II República, para iniciar una serie sin periodicidad fija, entorno a algunas curiosidades, chascarrillos y anécdotas de la vida política republicana. No son, sin embargo, escenas banales y pintorescas, sino que muchas de ellas son muestras alegóricas de un clima público que llenó a los españoles de pasión, de ideales y de odio. Como queda patente, las trifulcas de nuestros políticos contemporáneos no son más que pataletas de malos aprendices. Pero empecemos por una declaración de Azaña, que parece que influyó en la formulación del optimismo antropológico de Zapatero I.
1. Azaña se proclama optimista antropológico
"Yo no soy optimista por ser gobernante, sino gobernante por ser optimista. (...) Yo he sido siempre un gran optimista, y he tenido una gran confianza en el destino".
(Declaraciones recogidas por el Diario de Barcelona, 6.5.33, p. 36)
2. Pistolas en el parlamento
"Un diputado socialista y un monárquico, que han sostenido un diálogo violento, se golpean duramente hasta que les separan sus compañeros. El señor Prieto [líder del Partido Socialista], que ocupa un escaño distanciado del sitio donde ha ocurrido el incidente, separa violentamente a sus compañeros de minoría que tratan de cortar su avance. Derriba a varios correligionarios y cuando llega a donde los ciutados diputados se han golpeado, sin duda por observar alguna actitud amenazadora en un diputado contrario, se lleva la mano al bolsillo derecho del pantalón y saca una pistola. Se produce una confusión enorme y los diputados discuten y gesticulan acaloradamente."
(Diario de Barcelona, 5.7.34, p. 45)
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